domingo, 27 de abril de 2008

Fran, Flor, las alpargatas de yute y un psicoanálisis de ocasión

Extraño a mi Fran*. Ya está, necesitaba contarlo.

El día 30 de abril los abogados de ambas partes harán sus correspondientes alegatos. El fiscal también.
Luego la Cámara Segunda tendrá 10 días hábiles para dar su veredicto, por lo cual es posible que el 15 de mayo, sea la fecha indicada para el final de este juicio.
El 15 de mayo cumplo 33 años. Sea cual sea el fallo, la resurrección de mi vida empezará su camino, pero ni la absolución inmediata, ni una condena extrema podrán atosigar a mi Ello, que desde hace rato pulsa el grito de Libertad.


Según la enciclopedia Wikipedia, el Ello (id) es la parte primitiva, desorganizada e innata de la personalidad,cuyo único propósito es reducir la tensión creada por pulsiones primitivas relacionadas con el hambre, lo sexual, la agresión y los impulsos irracionales. Comprende todo lo que se hereda o está presente al nacer, se presenta de forma pura en nuestro inconsciente. Representa nuestros impulsos, necesidades y deseos más elementales. Constituye, según Freud, el motor del pensamiento y el comportamiento humano.
Para Freud, la mayor parte del Ello es desconocida e inconsciente. Reservorio primero de la energía psíquica, representa la arena en la que se enfrentan pulsiones de vida (Eros) y de muerte (Thanatos). La necesidad imperiosa de la satisfacción pulsional rige el curso de sus procesos. Sus contenidos inconscientes son de diferentes orígenes. Por una parte, se trata de tendencias hereditarias, de determinaciones innatas, de exigencias somáticas, y, por otra parte, de adquisiciones, de lo que proviene de la represión. De forma sucinta, se puede definir al Ello como el reservorio pulsional del hombre.


Por otra parte el Yo (ego) surge a fin de cumplir de manera realista los deseos y demandas del ello con el mundo exterior, a la vez conciliándose con las exigencias del Súper yo. El Yo evoluciona según la edad y sus distintas exigencias del Ello, actuando de intermediario contra el mundo externo. El Yo sigue al principio de realidad, satisfaciendo los impulsos del Ello de una manera apropiada. Utiliza razonamiento realista característico de los procesos secundarios que se podrían originar.
Hasta aquí la definición de la enciclopedia virtual.

Sin entender nada de psicoanálisis, razoné que si a pesar del mundo exterior, mi parte primitiva se manifiesta oponiéndose y sobrepasando a mi Yo, eso quiere decir, que por lo menos en este cruce de caminos opto por descansar en algo que es un sueño y que está desconociendo las demandas de realidad. Pero en este caso bacilo, pues de por sí las demandas del Ello para con el mundo exterior ya cargan con su cuota de realismo, sin necesitar del consenso del Súper yo. Es más, creo que como pocas veces, estrictamente en lo que se refiere a mi conducta sobre todo lo que involucró al asesinato de Ana y este juicio, mi Yo, mi Ello y mi Súper yo, han convivido bastante bien para hacerme evolucionar como ser humano ante la adversidad y lo que significa el concepto de justicia.

En definitiva, mi Súper yo ha mantenido mis pensamientos morales y éticos en el escalón más alto (sea cual sea esta graduación) al que he podido llegar como un ser humano que busca la continua evolución en cualquiera de sus formas.
Mi Yo ha actuado como el cancerbero hosco, especialmente en lo que a defensa, síntesis de la información y funcionamiento intelectual se refiere.
Mi Ello es una bolsa en donde lo innato y lo ilógico se desorganizan, que así y todo logra apaciguar mis pulsiones primitivas, y que también me mantiene alejado de la agresividad. Eso sí, mi Ello no ha podido doblegar las exigencias somáticas a las que mi ciático lo ha sometido y me está pasando factura con un nervio achacoso más propio de un viejo corredor de motos descuajeringado por su profesión, que un tipo que ejercita la letra escrita a la luz de una lámpara con colores rastafaris de creación propia.
Las alpargatas de yute, orgullosamente campesinas ellas, contrastan con tanta relectura de psicología necesaria para esta nota. Y todo muy lindo con Freud y Jung, pero a mí mejor dejénme frente al ombú con Fran* y Flor** al lado, mientras me saco estas alpargatas y me despatarro sobre el trigal, pues el cielo de ésta pampas es el más bello de los que yo conozco, y por mí que me abrace y se me caiga encima con luceros y todo, que yo, chocho de felicidad.

* Fran es mi perro salchicha, mi retoño del corazón.
** Flor es la novia de Fran, una perrita salchicha gordita y hermosa.

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