jueves, 15 de septiembre de 2016

EL TIPO QUE NOS ARRUINÓ LA VIDA: OSCAR PANDOLFI (o Tony el Gordo)


Hoy al llegar a la audiencia, tuve la desgracia de cruzarme con Oscar Pandolfi, ex abogado querellante de la causa y titiritero de ésta por muchos años. Fue él quien adoctrinó a "los peritos" de gendarmería para que trucharan la huella plantada que incriminó a mi padre por años, y que ni siquiera era de él. Fue el quien escribió el voto del inefable Alberto Baladini en el 2009 para que nos revocaran una impecable sentencia absolutoria dictada por la honorable Càmara Segunda del Crimen de Cipolletti. Y es él quien hoy merodeó por Tribunales.
-De visita dotor?-
Delincuenteando nomàs.




Oscar: Sos una lacra y lo sabés, pero yo soy un simple perejil y éste es todo mi poder.
A todos los demàs: He intentado no hacer enemigos en mi vida y creo que lo he logrado, así que si me pasara algo a mí, a mi padre, o a cualquier ser querido en mi vida, preguntar en el estudio jurídico de 9 de julio y Sarmiento.
Y si querés denunciarme, hacelo. Que van a hacer? Meterme preso? JOYA! MAS PRENSA!
Pura Vida y Gracias por compartir el escrache, pues este tipo es pesado y me puede limpiar.

Otras notas sobre el hombre del auto blindado e ilegalidad idem:

Usted no entiende, usted no sabe que el mundo es una poesía, y al decirle esto me tratará de loco, o de mediático, o de asesino nomás. Jamás comprenderá que la poesía somos nosotros, y los poetas, el aire que respiramos. Todo podemos ser mártires, buenos o malos, todos ansiamos el beneplácito del resto social, o sino seríamos solitarios cavernícolas, y si usted fuese uno, no estaría leyendo estas palabras digitales.
La sintaxis de lo que al mundo le sucede, bien podría escribirse en verso, pues el dolor y la dicha a menudo se dan la mano, y allá van uno y otro, caminando por la orilla, pero siempre cuidando que el otro no caiga, pues la contracara es necesaria para nuestra existencia.¿Y sino, cómo me sentiría bien con mi alma sino existiera usted, que vino a este mundo para enterrar con dudas las certezas, y para darle rienda suelta a los peores vejámenes que el hombre puede cometer?
Mientras se ríe de la indigencia en la que viven las verdades que usted muy bien ha sepultado, yo puedo verme como aquel que sabe, que la poesía, lo alcanzará a usted, acaso, en su último suspiro.
Y no podrá evitar en el epitafio, palabras maravillosas sobre su persona, letras que dirán que ese nombre (que es el suyo), fue bonito y repartió bondades como otros reparten periódicos. Y estoy seguro que desde el otro lado, usted maldecirá. "Pero si ese no soy yo, carajo!", y más canas se le sumarán a sus cenizas. 
Desde aquí yo no me regocijaré, ¿qué sentido tendría hacerle entender una realidad ineludible una vez usted sin cuerpo?
¿Que puedo lograr yo diciéndote que si usaras todo tu conocimiento para ayudar, para sanar, para mirar hacia arriba sin esperar la caída de un balcón vengativo, vivirías más feliz, y acaso no hubieras sufrido alguna dolorosa perdida, que bien sé, has vivido?

Nota completa: Usted y Ustedes

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