Hace una semana pienso como sorprenderlos con lo escrito, pero lo cierto es que la realidad golea, y entonces las imgenes dicen mas que; y pasamos de un día a otro sin que se mosqueé nadie, aún cuando las malformaciones jurídicas estén sentando brillantes precedentes en el escenario del juicio contra los Aguirre Toma 2. Y muchos del àmbito jurìdico se sorprenden por el avasallamiento del Estado sobre el ciudadano (una vez mas); pero para que esto suceda se necesita un ejército de habitantes, que desoyendo el mandato que como ciudadanos pueden honrar, prefieren ser manada en la carrera hacia la burguesía del alma. Juan Carlos y yo podemos jactarnos: jamàs pertenecimos al gremio del empleado estatal y estatizado; somos espíritus libres en este desaparecido albedrío donde pocos hombres osan gozar la independencia como legítima defensa. El primer día de juicio el presidente del Tribunal me preguntó si había terminado mis estudios terciarios, son éstas las preguntas que construyen el magma sobre el cual navegan las generalidades de la ley: ir manso al encuentro con la subsistencia como estilo de vida. "De qu vivís?, de que trabajas?" suelen preguntarse las personas, olvidando el fundamento de la vida misma, que es el Ser, y que con todo el desconocimiento que sé llevar al respecto, aún buceo en su búsqueda.
Tal vez por eso, solo por eso. Siento en esta primer semana que todo està dicho, así como corren los cuestionamientos al apoyar cada palabra sobre el tapete de la propia existencia. La duda es inteligencia?, el miedo es cobardía?, que sentimiento me corresponde hoy o mañana en la próxima audiencia en este teatro de la vida?...paso de tanta pregunta amigo lector, pues busco empatía como agua en el desierto, rebalsàndolo a usted que me apoya como puede y desde donde puede, con todos estos dimes y diretes que sino fuera porque suceden en el seno de uno de los grandes Poderes. Cualquiera podría afirmar que esta puesta en escena debía ser levantada de cartelera antes de su patético estreno: esto es un juicio sin acusación de parte, PUAJ!, hasta me aprendí esta frasecita que nada nos dice a los habitantes incultos del mundo de las indagatorias y los expedientes. Leo a decenas de abogados, jueces y actores judiciales varios, enojarse fervorosamente al leer esta historia desde cualquier parte de Argentina, escribiendo su hastío sobre el mismo àmbito que habitan; empatizo con ellos y hasta disiento, pues a veces, detràs de la màscara de imputado, me permito abrazarlos, como si fueran ellos los corderos que se inmolan de por vida, buscando un cambio profundo en el seno del poder judicial. Yo solo soy un actor obligado de estas 17 temporadas y contando, en cambio son ellos, los que eligen esta lucha a favor de otros, esos que fuimos jodidos, como vos o como yo.
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