Al principio fue desesperación, cuando la mataron todo era confuso y
pensábamos que las autoridades de la provincia harían lo mejor para encontrar a
los asesinos. No hubo suerte, por un lado, nos tocó el corrupto juez Juan
Torres (juzgado 8, Gral Roca), por otro lado, una patética brigada de
investigaciones recién constituida, “se hacía cargo” de los procedimientos. Mi
padre, que no tiene ni tenía nada que ocultar al respecto no se constituyó en
parte querellante de la causa ni contrató abogado alguno. Error: el tiempo no
enseñó que no importa cuàn inocente seas. Como todos saben, fuimos detenidos
como sospechosos del asesinato el 28 de diciembre del 2000 (1 año 3 meses y 11
dìas después del crimen). 2 días después nombramos a Eves Tejeda como nuestro
letrado patrocinante. Feria judicial, un
marido infiel como sospechoso, clinck caja!
Presos, sospechosos, acusados,
enjuciados, puestos en libertad, segundo juicio, toda esta mierda en la que nos
bañamos hace tanto.
Muestra del agua de Añelo que Ana investigò entre 1998 y 1999
Aun me sigo preguntando: porqué la
mataron?
Es cierto que Ana llevaba adelante
estudios de sangre sobre los habitantes de Añelo, los cuales se contaminaron, y
siguen contaminándose por los metales pesados derivados del petróleo que se han
filtrado en las napas acuíferas. Pero también es cierto que Ana Zerdán habría
tenido una relación romántica con una mujer de nombre desconocido, a lo cual
dos testigos han referido en expediente y en jornadas de juicio. Fue esta la tercer línea de investigaciòn en la
que nunca se ahondó, gracias al juez Torres y a Oscar Pandolfi, abogado
querellante de la causa.
¿Por qué?
En nuestras dos primeras faltas de
mérito (2001 y 2004) la Cámara Segundo apercibió al juez de la causa debido a
que este no inició jamás, pesquisa alguna sobre 2 de las 3 líneas de
investigación.
¿Por què?
Incluso Pandolfi era correligionario
y amigo de Ana en la Unión Cívica Radical, y
aún así no pareció interesarle estas vertientes que nos conducían, mas
no sea, a otra oportunidad de averiguar el porque del asesinato de Ana. Tal vez
sean ellos quienes debieran declarar en la causa, pues parecen conocer u
ocultar información valiosa acerca del
destino de Ana.
Habrà otro juicio; donde nuevamente
brillaran por su ausencia estas dudas, que en definitiva, son mucho mas
especìficas que todo lo que se hizo en nuestra contra en pos de “hacernos” los
asesinos de la doctora Zerdàn. Como tantas veces, invitó a todos los medios,
ciudadanos, autoridades y vecinos, a que se comuniquen conmigo, que aún cuando
sospechoso, no abandono la búsqueda de la verdad en esta causa.
Al finalizar el primer juicio tuve
alivio y dolor: alivio por no ser condenado
de un asesinato que no cometì; tristeza porque Ana Zerdán aùn no
encuentra la justicia que la deje descansar en paz, esa que encuentre a los
hijos de puta que la mataron.
Yo no matè a Ana Zerdàn, y quiero con
todas mis fuerzas encontrar a los asesinos.
cronicascasozerdan@gmail.com
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