jueves, 8 de mayo de 2008

Usted y Ustedes

Usted no entiende, usted no sabe que el mundo es una poesía, y al decirle esto me tratará de loco, o de mediático, o de asesino nomás. Jamás comprenderá que la poesía somos nosotros, y los poetas, el aire que respiramos. Todo podemos ser mártires, buenos o malos, todos ansiamos el beneplácito del resto social, o sino seríamos solitarios cavernícolas, y si usted fuese uno, no estaría leyendo estas palabras digitales.
La sintaxis de lo que al mundo le sucede, bien podría escribirse en verso, pues el dolor y la dicha a menudo se dan la mano, y allá van uno y otro, caminando por la orilla, pero siempre cuidando que el otro no caiga, pues la contracara es necesaria para nuestra existencia.¿Y sino, cómo me sentiría bien con mi alma sino existiera usted, que vino a este mundo para enterrar con dudas las certezas, y para darle rienda suelta a los peores vejámenes que el hombre puede cometer?
Mientras se ríe de la indigencia en la que viven las verdades que usted muy bien ha sepultado, yo puedo verme como aquel que sabe, que la poesía, lo alcanzará a usted, acaso, en su último suspiro.
Y no podrá evitar en el epitafio, palabras maravillosas sobre su persona, letras que dirán que ese nombre (que es el suyo), fue bonito y repartió bondades como otros reparten periódicos. Y estoy seguro que desde el otro lado, usted maldecirá. "Pero si ese no soy yo, carajo!", y más canas se le sumarán a sus cenizas.
Desde aquí yo no me regocijaré, ¿qué sentido tendría hacerle entender una realidad ineludible una vez usted sin cuerpo?
¿Que puedo lograr yo diciéndote que si usaras todo tu conocimiento para ayudar, para sanar, para mirar hacia arriba sin esperar la caída de un balcón vengativo, vivirías más feliz, y acaso no hubieras sufrido alguna dolorosa perdida, que bien sé, has vivido?
Además que en mi silencio virtual no se acerca tanta gente como en tus valoraciones mediáticas, yo soy el ojo de la tormenta, el condenado en eterna espera, el inocente sospechado, y entonces, tras todas esas etiquetas es fácil derrocar mis palabras a martillazos, pues tú eres ese al que un rebaño minúsculo escucha y otro mucho más grande, le teme.
Y tú dictas lo que se piensa y lo que se debe callar, tú hacés los cheques de los acólitos, que claro, temerosos, te siguen, te respetan, y se embolsan el diezmo que para vos no son más que migajas de una torta inacabable. Y así les dices "esto es así o esto es asá", y pronunciás aquello mientras vestido con la túnica de la justicia representás a cada piedrita.
¿Y sabés que?- Te felicito-, entendiste tan bien el juego, la imagen y lo real sobre lo que hablaba Debray, que hace un buen rato vos la habías escrito en tus sueños, para luego despertarlo y dictárselo a una sociedad que no está dormida pero que prefiere la siesta eterna. Y te agradezco que vos hagas el trabajo, pues hay que dejar la vida, no tanto para inventar una mentira, sino para sostenerla. Y eso te llevará hasta el último de tus momentos, y en ese instante comprenderás que no has vivido para tí, sino sólo para los demás, para ser la falsa identidad que todos barremos y echamos bajo la alfombra.
Pero claro, eso, tú no lo sabés. Tú creés que un BMW bien vale cualquier vida, cualquier destino, incluso la muerte de Ana, de quien dices llamarte amigo, y quien te aseguro, si está del otro lado, te dará un soberano reto, o te excluirá de la redención. Tú, que creés que esos bellos estudios jurídicos nunca serán polvo, pero que tanto como vos y yo, llevarán ese destino. Construiste un mundo sin sustento basado en suposiciones, toda tu vida lo ha sido porque para vos el prójimo no existe, solo somos instrumentos o el costo de un nuevo decorado para el living de tu casa.
Parecerá una contradicción (y es probable), pero no es a vos a quien intento caerle, ya que como tú, hay muchos, muchísimos, tal vez los más, y tal vez por eso estamos como estamos.


Toda la introducción no es más que para hablar con Ustedes.
Sería taimado en mis palabras si convirtiera ésta página en un soliloquio teledirigido, aún cuando mi artillería no sean más que balas de fogueo, pues hoy, la espada y la pluma no son lo mismo, hoy las palabras son moda cuando iluminan un best seller de magos, anillos y divanes; casi nunca cuando tratan de tenderse para que el diálogo público tenga sustento, para que todos tengamos acceso a todo, y que elaboremos pacientemente nuestra opinión sincera, libre de libretos de los impulsados por algunos de "los media"(Recuerdan a Debray?).
A pesar que mis propias palabras quieran llamar al desaliento que hoy es ley y se viste de "que le vamo´ a hacer", las expreso igual, pues ustedes (pocos, o me encantaría, muchos) son quienes hacen posible el ida y vuelta, aquello tan díficil de lograr y que los ídolos logran sin esforzarse pensando en ello.
Ustedes, también yo me considero parte de ustedes, somos el sumidero necesario para verter las aguas de los Usted, los sin nombre que tienden telarañas, donde la mayoría nos abanicamos sin siquiera espabilarnos ( el mito de las Cavernas, la idea primigenia del guión de Matrix). Y no juzgo el fin de las telarañas, sino el sojuzgamiento de la libertad de expresión, los sueños de los hombres libres, y todo aquello que por nosotros solitos, y no por medio de otros, tendríamos que investigar. Con esto, disculpénme el parloteo intelectual fallido, les digo a ustedes, me digo a mí mismo, que nos puede tocar a cualquiera, que le toco a a mi padre y a mí, seamos inocentes o culpables, vivir esta carrusel de sinsabores y enmarañados jurídico-políticos que nos arrojaron a esas aguas desconocidas en las cuales nunca jamás, hemos nadado.

El mundo sensible y el mundo de las ideas son separadas por aquellos que cumplen el rol de apartarnos de la máxima idea,
la idea del Bien.

Ojalá que eso nunca suceda, buenas noches, y hasta luego

1 comentario:

Anónimo dijo...

no creo que sea inocente !