viernes, 16 de septiembre de 2011

Carta abierta a 12 años del asesinato de Ana

-Estoy harto, podemos llamarle hastiado también, como sea, llevo 12 años de dolor, confusión y paciencia.
Se llevaron a Ana de la mano de una muerte violenta, luego, se llevaron nuestra libertad, y con ella el dolor por Ana asesinada, se mezcló y me dio un veredicto:
-Pánico al ver la violencia que ejercieron sobre el cuerpo de Ana, su mente en cambio, no puede transmitirnos ese otro dolor inasible.
-Pavor ante los "investigadores" de la causa.
-Estupor ante la burocracia que inunda al pueblo pensante con sus vericuetos jurídicos que la mayoría acatamos, y una minoría determina.
-Miedo ante el derivado de tanta mescolanza de recursos y entuertos.
-Impotencia ante el manto hipócrita tendido por el juez Torres y el abogado querellante Pandolfi al no seguir otras líneas investigativas. Si el chancho somos el pueblo, los citados anteriormente son quienes nos alimentaron con mentiras. Desoyendo incluso, las repetidas sugerencias dadas por la Camara Segunda de General Roca, acerca de otras lineas de investigacion, en las cuales finalmente nunca se profundizó.
Por último: Acusado de asesinato con alevosia, he estado preso por mas de 2 años en 3 ocasiones diferentes, he sido detenido dentro y fuera del pais. Fuimos a juicio junto a mi padre, Juan Carlos Aguirre, y luego de 3 meses de audiencias y con mas de 120 testigos, fuimos declarados inocentes. Nunca hubo pruebas en nuestra contra, solo suposiciones. El móvil económico en que basaron la acusación fue deshechado en el 2004.
Como en toda ciudad con sus demonios, Cipolletti no ha sido capaz de revertir esta sumatoria de asesinatos sin móvil, llena de entramados sigilosos y sin una clara decisión politica del intendente Weretilneck por averiguar la verdad, privilegiando oficiar de caza brujas.
En la cárcel vivi un motin, algunas peleas, un paro respiratorio de mi padre. Desde nuestra primera detenciòn (28/12/2000) hemos recibido tal oprobio de medios locales, regionales y nacionales, que modificaron mi vida para siempre. Desde entonces he sido ñoqui ad honorem de una justicia que no es tal y una opinión pública indolente.
A los 24 años fui detenido por primera vez, hoy tengo 36, y si la burocracia y la desidia lo quieren, me tendràn esperando hasta mis 47 años, en un lejano 2022 en el que Hipotèticamente, prescribirìa la causa.
Saturado, atiborrado, empachado,¿Que tengo que hacer acaso? ¿declararme culpable para que me dejen en paz?
Buenos dìas.
       Juan Manuel Aguirre Taboada
       DNI 24.595.244
       cronicascasozerdan@gmail.com